La comunicación interna es un aspecto de vital importancia para que el desarrollo del trabajo tenga la fluidez y la eficiencia deseadas.
Si bien la comunicación interna se verá influido por los modelos de relación de las personas dentro de la empresa, se trata de la generación de una estrategia que parte de la dirección, conjuntamente (si es posible) con el área de comunicación de la compañía.
Si la comunicación interna es un aspecto estratégico de la organización, se debe potenciar desde la dirección de la empresa.
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Si pensamos en qué tipos de comunicación interna existen dentro de una compañía, sólo encontraremos 2 tipos diferenciados:
La comunicación interna vertical tiene un doble sentido, puede ser descendente o ascendente. La descendente es la que se dirige desde la dirección a los equipos y la ascendente es la inversa, de los equipos hacia la dirección.
La comunicación interna horizontal será la que se realiza entre compañeros del mismo nivel de responsabilidad y, en las organizaciones horizontales (que cada vez son más numerosas) esta comunicación horizontal se puede dar entre cualquier persona de la organización.
En este post, nos vamos a centrar en el primer tipo: la comunicación interna vertical.
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La realidad es que todavía existen muchas organizaciones internas en las que la jerarquía está muy consolidada, adquiriendo una fortaleza que es necesario tener en cuenta para la puesta en acción de una buena comunicación interna.
Una de las cuestiones más complejas en la comunicación interna se produce a la hora de comunicar una instrucción. Cuando quien tiene que comunicar la instrucción es un mando intermedio, puede resultar más fácil indicar que lo ha dicho ‘el jefe’ para que, efectivamente, se lleve a cabo esa instrucción. Pero los mandos intermedios no se dan cuenta de que cuando la trasladan de esta manera se producen 2 cosas:
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¿Qué hacer, entonces, para que se produzca una buena comunicación interna vertical?
Lo primero que cualquier responsable de personas que trabaje en una organización jerarquizada se debe plantear es que es preferible dedicar un poco más de tiempo inicialmente para trabajar el modelo de relación que se desea tener con el colaborador o colaboradora.
Una vez interiorizado esto, se debe trabajar con el contenido del mensaje que se debe trasladar.
En la infografía anterior se puede ver, claramente, el proceso de comunicación de una instrucción:
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Los resultados que se producen con esta simple forma de trabajar son sorprendentes.
Y, además, esta forma de comunicar, contribuye al desarrollo de la inteligencia emocional corporativa, gracias al uso de la empatía, de la asertividad y de una comunicación constructiva.
¿Quieres probarlo? ¡¡Estaremos encantados de escuchar tus resultados!!