LIDERAZGO SALUDABLE

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Vivimos tiempos complejos donde los cambios se producen a gran velocidad. Las empresas viven sumidas en la incertidumbre y esto, en ocasiones, provoca desasosiego en sus responsables, a todos los niveles. Sensaciones, en definitiva, que pueden ser nocivas, incluso, para la salud.

Los cambios en las motivaciones de las personas han provocado que los estilos de liderazgo se hayan tenido que modificar profundamente. La sociedad actual nada tiene que ver con la sociedad del siglo pasado y las nuevas generaciones llegan con motivaciones diferentes, una vez más, en las que la amenaza del cambio climático, los derechos adquiridos en las sociedades del bienestar o el desarrollo exponencial de la tecnología son cuestiones muy vinculadas con sus intereses y necesidades.

Dentro de este contexto, la PYME familiar tiene, además, unos condicionantes añadidos que afectan directamente a la gestión. 

La falta de profesionalización de puestos ocupados por personas de la familia, a quienes les falta, en la mayoría de los casos, la preparación adecuada para el rol que desempeñan, el conservadurismo a la hora de realizar inversiones económicas que potencien el crecimiento o el excesivo control (y consiguiente falta de delegación) que ejercen sobre la organización suponen frenos en el desarrollo y evolución de este tipo de empresas.

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LIDERAZGO SALUDABLE IO - danielle-macinnes

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Todos los factores anteriores, tanto internos como externos a la compañía, afectan directamente al liderazgo, provocando que quien lo ejerce no encuentre, bien, una manera saludable de hacerlo o bien, la forma de cambiarlo con respecto al pasado, por lo que se le puede acabar ‘atragantando’ y siendo un foco de frustración.

Las personas que ejercen el liderazgo son, además, motores y espejos de una organización. Imprimen el ritmo y para muchas personas son sus referentes y se fijan en ellos. Por tanto, si quien ejerce el liderazgo siente hastío o frustración, lo va a trasladar (de manera consciente o inconsciente) a la organización, en forma de desasosiego o de cansancio, entrando en una espiral que puede afectar negativamente al conjunto de la empresa. 

Si este tipo de liderazgo se convierte en la antítesis de lo saludable, va a posibilitar que la enfermedad pueda aparecer, tanto a nivel interno de la persona, como a nivel de la organización. Por tanto, es importante prestarle atención a sus síntomas.

Las personas responsables de la organización tienen aquí un papel principal y son, además, quienes deben hacer un ejercicio profundo de reflexión con el que encontrar un estilo de dirección saludable, a la par que acorde a las situaciones y necesidades del momento.

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¿Qué componentes se pueden encontrar en un liderazgo saludable?

Se pueden resumir en cinco actitudes que mejorarán notablemente la salud del liderazgo en la organización.

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1.   Empatía.

Es muy necesaria para comprender esas necesidades y motivaciones, no sólo de las nuevas generaciones, sino de la evolución de las antiguas en base a los derechos que se han ido adquiriendo.

Las normativa evoluciona y las personas con ella. Esto quiere decir que hay personas que llevan mucho tiempo en la organización pero ahora tienen una actitud diferente. Lo ideal es realizar un ejercicio de empatía también con estas personas para que su actitud no produzca el fastidio continuo en sus responsables.

La empatía es una habilidad muy alineada con un liderazgo saludable, puesto que al comprender a las demás personas, incluso sin estar de acuerdo con ellas, permite desarrollar mayor serenidad interior.

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2.  Objetividad.

Al hilo de la cuestión anterior, es importante que las personas responsables desarrollen su objetividad a fin de no personalizar comentarios inadecuados que puedan recibir de sus colaboradores.

Aunque se trate de empresas familiares, la máxima debe ser siempre que ‘al trabajo no se va a hacer amigos’. Si luego sucede, bien, pero el objetivo inicial mejor que no sea ese. Cordialidad y respeto, siempre. La amistad no es imprescindible.

Y sin embargo, se observa en ocasiones cómo a los empresarios les gustaría que los colaboradores se sintieran parte de esa familia. En décadas anteriores, los compromisos eran más sólidos. En la actualidad se hace necesario, día a día, potenciar ese compromiso con el proyecto de la organización.

La objetividad es una herramienta muy saludable para las personas responsables. Permite mirar las situaciones con menor emocionalidad y de una forma más aséptica.

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3.  Comunicación y asertividad.

La comunicación es imprescindible en cualquier relación saludable. La comunicación permite manifestar desacuerdos y buscar soluciones. Es la vía para conseguir estados de equilibrio interesantes.

Unida a ella, la asertividad que es una meta-habilidad que tiene como base la comunicación, permite expresar todo aquello que se desea expresar, pero buscando la forma de no ofender a la otra persona.

Si una persona se siente molesta por un comentario de otra, pero no se lo comunica, es muy posible que esa situación provocada por el comentario se enquiste, Sin embargo, si desde la tranquilidad se habla, con alta probabilidad se olvidará.

Este tipo de comunicación se hace más compleja cuando las relaciones son familiares dentro de la empresa, pero aún así, no hay que dejar de intentarlo nunca.

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4.  Rigor.

Las personas que ejercen el liderazgo en las empresas familiares no deben olvidarse del rigor que requiere cada puesto de trabajo si se quiere, realmente, evolucionar y crecer en un sector y en un mercado.

Observo, a menudo, cómo el rigor se deja de lado y el resultado son procedimientos ineficientes y un incremento de las incidencias. Además, a mayor crecimiento de la empresa familiar, mayor descontrol e ineficiencia si no se atiende al rigor profesional.

El orden es importantísimo en las organizaciones y más en los tiempos de incertidumbre que vivimos. Cuando en las empresas no existe orden, el nivel de estrés y de ansiedad de las personas responsables se incrementa exponencialmente. Y todos sabemos que el exceso de estrés puede producir enfermedad.

El rigor profesional a través de procedimientos, objetivos y funciones, en definitiva orden, ayuda mucho al desarrollo de un estilo de liderazgo saludable.

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5.  Inteligencia Emocional.

El desarrollo de la inteligencia emocional es vital para un liderazgo saludable.

Es muy importante para establecer una separación entre familia y empresa. En muchos casos estas dos esferas están muy entrelazadas y se establecen conversaciones familiares en la empresa y conversaciones de trabajo en momentos de reunión familiar. En un liderazgo saludable, estas dos esferas deben estar separadas y eso sólo se consigue a base de inteligencia emocional.

Lo que ocurre en muchas ocasiones es que las personas responsables pretenden que sean las otras personas quienes cambien, sin darse cuenta que los cambios sólidos y duraderos parten de la elección personal a introducir un cambio beneficioso para la propia persona y, por ende, para su entorno.

Y sólo la inteligencia emocional puede ayudar con estos cambios tan profundos.

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La responsabilidad del liderazgo saludable.

El desarrollo de un liderazgo saludable sólo se puede realizar por convencimiento propio.

Nadie te va a ayudar a que te sientas mejor liderando. Eres tú quien tienes que decidir cómo ejercer tu liderazgo con todos los factores y condicionantes que te rodean.

Seguro que puedes hacer cambios. Cambios pequeños y continuos que te llevarán a ver y sentir las cosas de manera diferente. No será un camino fácil pero la recompensa será increíble. Sobre todo para ti…

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#52SemanasDeInteligenciaEmocional

Escrito por Carolina Hernández

Bienestar en la empresa, cultura y comunicación. Son mis tres pasiones y los aspectos con los que trabajo en diferentes organizaciones en forma de consultoría o de formación. Soy antropóloga en proceso y todo lo que tiene que ver con el desarrollo de las sociedades es mi hábitat natural. Creo en el poder de transformación de las personas. Creo en el poder de transformación de la sociedad a través de la transformación de las organizaciones.

Web: http://www.carolinahernandezcoaching.es

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