CUANDO EL CONFLICTO SURGE, LO MEJOR ES AFRONTARLO.

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¿Por qué se teme tanto el conflicto? ¿Qué miedos tenemos a entrar en conflicto con los demás?

En la antropología se dice que el conflicto es necesario. La diferencia de opiniones es lo que, a lo largo de la historia, ha provocado que las sociedades evolucionen. Cuando se está de acuerdo en todo, nada cambia. Es tan sólo cuando los pareceres son diferentes cuando las cosas fluyen y dejan de estar estancadas.

La acepción más generalizada de la palabra conflicto se refiere a la oposición o desacuerdo entre personas o cosas. Es decir, son dos visiones diferentes de la misma cuestión, dos perspectivas distintas sobre un mismo asunto.

En este sentido, el conflicto provoca que los mapas mentales se amplíen, permitiendo, además, un enfoque más amplio sobre una misma cuestión. Esta ampliación de visiones, perspectivas y mapas mentales puede ser muy enriquecedora para las personas que están inmersas en ese conflicto.

En cualquier grupo se desencadenan conflictos. Amigos, familia o entorno laboral son entornos donde se producen discusiones, sobre todo cuando el conflicto es canalizado de manera inadecuada.

Por tanto, lo verdaderamente importante del conflicto no es la cuestión por la que se ha provocado ese conflicto, sino cómo gestionarlo para que se convierta en una situación positiva.

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La gestión positiva del conflicto en la empresa.

Si nos centramos en el ámbito profesional, los conflictos bien gestionados van a ser una fuente de desarrollo y evolución para la persona y para la organización.

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Resolver el conflicto IO

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Los conflictos no tienen por qué desembocar en discusiones o en malas formas. El conflicto es previo a la discusión. Es por ello que cuando se gestiona bien es muy útil en los equipos porque provoca debates sanos e interesantes.

Los cinco pasos siguientes te pueden ayudar a gestionar adecuadamente los conflictos en tu organización.

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1.- En los conflictos nadie posee la verdad absoluta.

Cada persona tiene su posición y su opinión ante una determinada circunstancia, pero ninguna posición es la realmente válida a todos los niveles y en todas las direcciones.

Los conflictos dependen mucho del contexto, de las cosas que estén ocurriendo en ese momento, de lo que se quiera conseguir y de las personas implicadas. Y, por ello, no existe una posición que sea, realmente, la mejor y la definitiva.

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2.- Utilizar la escucha activa y la empatía.

Ante una situación de conflicto, es muy importante desechar los prejuicios para que no introduzcan ruido en dicha situación.

La escucha activa es una habilidad importante en cualquier conflicto porque permite escuchar con profundidad las ideas y argumentos de la otra persona. Escuchar es un paso importante para poder resolver un conflicto.

Además, la empatía es especialmente importante también en situaciones acaloradas puesto que permite comprender a la otra persona, incluso, aunque no se concuerde con sus ideas y opiniones. Por tanto, en una situación de conflicto es especialmente interesante.

En definitiva, la escucha activa y la empatía calman los ardores de una situación complicada.

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3.- No interrupir al hablar y anotarse las ideas para cuando sea el turno.

En una situación de conflicto es muy importante dejar hablar a la otra persona, que sienta que dispone del espacio y el tiempo necesarios para poder contar lo que desea contar.

Es muy normal que cuando alguien habla con calma o se toma su tiempo para pensarse las cosas que va a decir, los demás aprovechen esos silencios para lanzar sus ideas. Sin embargo, el efecto que se produce es, justamente, el contrario. Cuando alguien siente que no se le escucha o que no puede llegar a expresarse totalmente, siente frustración y puede ir hacia el enfado o hacia la apatía. En cualquier caso, esas actitudes no permitirán avanzar en la resolución del conflicto.

Por tanto, es necesario mantener la calma, no interrumpir e irse anotando las cosas que se desean decir cuando llegue el turno.

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4.- Analizar los pros y los contras de las ideas que se escuchan.

Tanto la escucha activa, unida a la empatía, como no dejar que los prejuicios se instalen o no interrumpir a la persona que habla nos permitirá analizar las ideas que se están exponiendo de una manera más objetiva. Y, de esta forma, podemos analizar los pros y los contras de lo que se está diciendo. Igual alguna idea es sorprendente y hasta da rabia no haberla pensado antes.

Si eres responsable de un equipo, este paso es especialmente importante porque te va a dar los argumentos a favor o en contra para resolver la situación compleja.

Para aportar esos argumentos, será muy útil la habilidad de la asertividad, de tal manera que puedas indicar, tanto los que son favorables, como los que no lo son tanto, de la manera que no dañe ni ofenda a nadie. Sí, se pueden decir las cosas sin ofender a los demás. Todas las cosas. Sólo hay que buscar las formas adecuadas y eso está en el terreno de la asertividad.

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5.- Buscar los puntos en común para llegar a acuerdos.

En un conflicto, normalmente nos paramos a debatir (hasta el mayor de los acaloramientos) sobre las cuestiones que nos separan. Es como que nos resulta más fácil quejarnos que aportar soluciones.

Lo vemos, por ejemplo, en política todos los días. Discuten y discuten por aquello que la parte contraria piensa que hace mal, pero no vemos que se centren en aquellos aspectos del programa que les unen. Nuestros políticos negocian fatal y entran muy rápido en el conflicto. Puede que sea pose o puede que sea real, pero es lo que nos trasladan a la ciudadanía.

Sin embargo, si hacemos caso omiso de lo que nos enseña nuestra clase política y, cuando surge el conflicto, nos centramos en aquellos aspectos que nos unen, llegar a acuerdos se torna mucho más sencillo. Esta es la forma de avanzar gracias al conflicto.

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Conclusiones para una buena resolución de un conflicto.

No llegaremos a alcanzar esos buenos acuerdos, sin antes haber seguido esos cinco pasos anteriores.

Entender que mi mapa mental no es el único es la puerta de entrada a la resolución del conflicto.

Una vez dentro, las habilidades necesarias son la escucha activa y la empatía para entender bien lo que se está diciendo, comprender la situación de la otra persona y no introducir prejuicios que hagan ruido en el proceso de resolución.

No interrumpir dará confianza y serenidad a la otra persona para poder expresar lo que siente y piensa de una manera relajada y tranquila.

La asertividad será imprescindible para aceptar los pros y los contras de las cuestiones que se plantean y argumentar lo que sea más necesario con respecto a esas ideas y opiniones.

Llegar a un acuerdo, solucionar el conflicto y avanzar será la consecuencia directa de haber realizado cuidadosamente los pasos anteriores.

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#52SemanasDeInteligenciaEmocional

 

Escrito por Carolina Hernández

Bienestar en la empresa, cultura y comunicación. Son mis tres pasiones y los aspectos con los que trabajo en diferentes organizaciones en forma de consultoría o de formación. Soy antropóloga en proceso y todo lo que tiene que ver con el desarrollo de las sociedades es mi hábitat natural. Creo en el poder de transformación de las personas. Creo en el poder de transformación de la sociedad a través de la transformación de las organizaciones.

Web: http://www.carolinahernandezcoaching.es

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