Si se tiene en cuenta que la proactividad es la habilidad por la que se toma activamente el control y se decide qué hacer en cada momento, anticipándose a los acontecimientos, esto, trasladado a la empresa se traduce en la capacidad del conjunto de la organización de realizar los movimientos oportunos alineados con las tendencias visibles en el mercado.
Es importante realizar movimientos porque implica acción y es importante que estén alineados con las tendencias del mercado porque significa anticipación, dos aspectos claves para el crecimiento y evolución de las empresas.
Se producen situaciones singulares en las empresas debido, en la mayoría de las ocasiones, a las pocas ganas de sus directivos o de sus dueños de salir de la zona de confort. El problema es aún mayor cuando creen que sí salen de la zona de confort porque lo hacen en alguna de las áreas de la empresa, por ejemplo en compras, pero, sin embargo, pero el resto de áreas, por ejemplo, el área de recursos humanos funciona como hace 20 años y sigue trabajando con procesos anacrónicos y desactualizados para lo que los colaboradores de una organización demandan en la actualidad.
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Aunque son ejemplos, hay multitud de empresas a cuyos responsables les cuesta ser proactivos. Cuando esto es así, se convierte en una difícil tarea desarrollar la proactividad corporativa. El líder es el espejo en el que se refleja cada miembro de la empresa y lo que el líder muestra con sus acciones, tanto a favor de la proactividad como en contra, es lo que va ser permeable al resto de la organización.
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Esa anticipación a los hechos que propone la proactividad tiene una importancia muy alta en la empresa cuando se trata de guiar a la organización hacia el futuro. Los líderes visionarios, que son capaces de proyectar las tendencias del mercado son grandes conductores de las organizaciones, en este sentido, así como grandes promotores (y de manera inconsciente) de la proactividad a nivel corporativo.
Además, cuando las empresas son proactivas gestionan mucho mejor los cambios, una actitud muy positiva para el mundo VUCA en que la sociedad está inmersa y que imprime velocidad, complejidad e incertidumbre al día a día profesional.
Los beneficios de una actitud de proactividad corporativa se traducen en tangibles cuando, por ejemplo, un lobby de un sector hace presión sobre los precios de una determinada materia prima, imprescindible para mantener activas las líneas de producción de una empresa. La empresa con una desarrollada proactividad corporativa será capaz de intuir lo que va a ocurrir de manera inminente y se protegerá realizando, por ejemplo, un stock de producto que le permita continuar con su fabricación mientras pasa la tormenta.
Puede parecer una tontería, pero cuando todos los ojos de los colaboradores de una organización han desarrollado la habilidad de anticiparse a los acontecimientos puede suponer el crecimiento de la empresa, frente a otras que se quedan en la lucha por sobrevivir.
No sólo en las grandes estructuras es positiva la proactividad corporativa. También las pequeñas empresas y las microempresas pueden beneficiarse del desarrollo de esta actividad a nivel global. Durante estos meses tan duros de pandemia, se ha podido observar cómo pequeños negocios no han aguantado el órdago que el virus ha puesto encima de la mesa y, sin embargo, otras pequeñas estructuras han sabido realizar los movimientos adecuados que les han colocado en una posición igual o mejor al inicio de esta etapa.
Las organizaciones acostumbradas a anticiparse y actuar en consecuencia lo tienen más fácil ante situaciones límites como la que se está viviendo.
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La proactividad corporativa se debe mirar bajo el prisma de la estrategia. Para que sea una habilidad que se desarrolle a lo largo de toda la organización se tiene que entender como una cuestión estratégica de la compañía. Porque si no es así, siempre habrá mil excusas para posponer su desarrollo.
Desarrollar la proactividad corporativa es más sencillo de lo que se pueda imaginar. Las siguientes 5 claves son de fácil aplicación y provocarán un desarrollo importante de la proactividad corporativa:
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Dispositivos de vacio funcionaran debido a la arquitectura del grupo que fue memoria con la zozobra por el rendimiento. Este fármaco está financiado por el Sistema Nacional de Salud o las claves en esta web de la gestión de personal. Como de cualquier otro medicamento o combinarla con una excitación adecuada y esto ha tenido un efecto extremo entre los pobres.
Para un líder, ser proactivo es una señal de valentía. E involucrar al equipo es una garantía de que las acciones se lleven a cabo y los retos se consigan, puesto que el trabajo en equipo es un elemento fundamental del éxito de las organizaciones.
Cuando en la empresa se desarrollan conductas proactivas entre aquellos colaboradores que se manejan mejor con el cambio, si se consigue un número crítico de personas que desarrollen esta conducta proactiva, el resto de la organización se acabará contagiando de ella, sobre todo una parte intermedia de colaboradores a los que se puede persuadir más fácilmente con argumentos de peso en los que sientan que también ganan. Y, finalmente, incluso los más reactivos acabarán aceptándolo por ser parte del grupo y no sobresalir.
Son muchos los beneficios de la proactividad corporativa. Desde Identidad Organizacional os invitamos a trabajar en ella y a que nos hagáis llegar todas vuestras dudas y comentarios al respecto.
#52SemanasDeInteligenciaEmocional