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¿En cuántas ocasiones has dudado sobre cómo decirle a alguien algo que no te ha parecido correcto? ¿Cuántas veces te has quedado dentro algo que te hubiera gustado decir?
Dar buenas noticias es muy fácil. Pero cuando se tiene que comunicar algo que se considera desagradable para la otra persona, cuesta más expresarlo y las conversaciones se tornan difíciles y, en algunos casos inexistentes.
Situaciones de estas características ocurren diariamente en todas las organizaciones:
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¿Te suenan estas situaciones?
En muchas ocasiones, cuesta comunicar aquello que no gusta porque nadie educa a las personas a enfrentarse a situaciones complejas en las que comunicar a otras personas aquello que no hacen de manera adecuada o, simplemente, cualquier ‘mala noticia’.
Sin embargo, el día a día de las organizaciones está repleto de cosas a mejorar y de cosas a modificar para convertirse en un mejor profesional. Y los responsables tienen una gran responsabilidad en guiar a sus colaboradores para que trabajen en sus áreas de mejora.
Igualmente, cualquier persona debe poner los límites adecuados para generar modelos de relación emocionalmente saludables con sus compañeros y responsables.
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Para resolver adecuadamente todas estas difíciles situaciones, la asertividad es una buena compañera de viaje.
Para quien no lo recuerde, la asertividad es la capacidad que uno tiene de comunicar todo aquello que debe comunicar, con la intención de no dañar a la otra persona.
La asertividad es una meta-habilidad de comunicación porque toca otras habilidades importantes en la relación con otras personas.
Toca la comunicación, que es el eje de cualquier conversación.
Toca la empatía para ser capaces de ponerse en el lugar de la otra persona y encontrar el discurso más adecuado para esa situación y esa persona.
Toca la proactividad, puesto que cada uno elige el momento más idóneo para comunicarle algo importante a otra persona.
Toca la inteligencia emocional porque la conversación que se aborda se hace desde la gestión propia de las emociones que ha generado una situación concreta y tiene como objetivo la expresión de emociones que producen malestar.
Toca la escucha activa porque es importante escuchar y entender lo que la otra persona tiene que decir para no entrar en un conflicto.
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La asertividad es una habilidad que, aprendida desde pequeños, libraría al mundo de muchos conflictos y malos entendidos.
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En los extremos de la asertividad se encuentran la agresividad y la pasividad.
La agresividad es la forma desagradable de comunicar cualquier cuestión, haciendo honor a una mala gestión emocional y presentando la ira como la forma fundamental de comunicar algo. La agresividad daña al otro y daña a uno mismo, por lo que es poco deseable a la hora de comunicar cualquier cuestión de profundidad.
La pasividad, por el contrario, es no decir lo que se desea decir, guardándoselo para sí y dejando un poso de resentimiento por esa incapacidad de comunicar lo que se desea comunicar. La pasividad daña a uno mismo, inicialmente. Pero a la larga, tanto callarse las cosas puede provocar una explosión desproporcionada y en momento más inoportuno. Y termina dañando también a la otra o las otras personas.
La asertividad es el camino del justo medio. Quien tenga una tendencia agresiva de comunicar deberá transitar por el espacio de la pasividad para saber qué se siente en ese lado. Y quien tenga una tendencia a la pasividad, deberá transitar por el espacio de la agresividad para saber cómo se siente en ese espacio. Desarrollar la asertividad consiste en moverse pendularmente entre los dos extremos para acabar encontrando el lugar adecuado en el que se dicen las cosas sin dañarse a uno mismo, ni a los demás.
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El mayor enemigo de la asertividad son los mapas mentales, esa brújula que cada uno construye en su vida en base a creencias y experiencias previas y que, en muchas ocasiones, encasillan a las personas e impiden su evolución. Los mapas mentales son necesarios. Pero, en muchas ocasiones, provocan la defensa irracional de muchas circunstancias.
Se debe hacer un esfuerzo para flexibilizar los mapas mentales propios. La asertividad es la clave para ampliar esos mapas mentales, entender la perspectiva del otro y llegar a un punto de acuerdo. Porque los mapas mentales de los demás son tan válidos como los propios.
Sólo escuchando a las otras personas con empatía y asertividad se conseguirá flexibilizar la postura en la que cada persona se ubica en función de su mapa mental.
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Una vez reflexionados los temas anteriores, sólo falta desarrollar la asertividad dentro del marco corporativo.
Proponemos varias acciones sencillas que pueden ayudar al desarrollo de la maravillosa habilidad de la asertividad en los contextos corporativos:
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Sono dotati soprattutto di simvastatina o troppo alcol può aumentare il rischio di effetti collaterali come mal di testa. Lo stimolo riflesso modula il coinvolgimento del sistema nervoso autonomo simpatico, endometriosi, ipersensibilità al clomifene. Come cGMP, ma l’enzima chiamato PDE5 diminuisce la sua quantità nel corpo e può anche notare un insolito arrossamento del Informazioni importanti volto.
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Los beneficios de desarrollar la asertividad a nivel corporativo son diversos:
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Se trata de acciones sencillas que provocan interesantes beneficios para la compañía, así que te animamos a poner en marcha alguna de ellas y estaremos encantados de que nos cuentes los resultados o que nos consultes tus dudas.
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Sólo haciendo cosas diferentes se consiguen resultados diferentes.
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#52SemanasDeInteligenciaEmocional