El talento es una cualidad inherente al ser humano. Todas las personas tenemos talento. Una de nuestras labores en la vida es descubrir cuál es, descubrir qué es lo que nos apasiona.
Para ello, es importante bucear por las investigaciones de Howard Gardner sobre las Inteligencias Múltiples.
Las Inteligencias Múltiples han venido a ofrecernos una visión más amplia del talento personal desde la segunda mitad del siglo pasado.
Howard Gardner alude a ocho diferentes tipos de inteligencias:
En este sentido, las organizaciones tienen una herramienta excelente para descubrir y analizar el talento de sus colaboradores y, de esta manera, descubrir cuál es el máximo potencial que pueden desarrollar.
Fabricar profesionales…
Teniendo en cuenta factores demográficos y de aptitud/actitud, nos encontramos con una tendencia que parece ser imparable.
La sociedad, en general, está envejeciendo. Esta situación potenciará, dentro de unos años, la escasez de trabajadores en activo para las empresas. Habrá menos personas que puedan ser contratadas por las organizaciones.
Por otro lado, la revolución tecnológica ha provocado que las empresas necesiten personas más polivalentes y adaptadas a las necesidades específicas de su forma de trabajar. Además, dado que el grado de competitividad de una empresa se está fundamentando en el cómo se hacen las cosas, en lugar de en qué se produce, las personas toman una relevancia muy especial dentro de las compañías.
Además, está demostrado que la actitud es un motor incluso mayor que la aptitud. Una persona con la actitud adecuada puede conseguir la aptitud necesaria. Sin embargo, a la inversa no funciona igual. Si uno no tiene la actitud necesaria para la organización, va a ser muy complicado que adquiera las aptitudes versátiles que la compañía va a necesitar.
Por tanto, las organizaciones tienen por delante el fácil o difícil reto de fabricar a sus colaboradores, de conseguir que ellos se quieran desarrollar en aquellos aspectos que la compañía les propone. Y para que lo que la compañía les propone les interese, sólo puede ser a través del análisis, por parte de la organización, de cuáles son sus motivaciones (valores) y sus capacidades más destacables.
Probablemente, las organizaciones son muy conscientes de que las personas con las que cuentan tienen un potencial mayor y necesario para las necesidades y exigencias del mundo empresarial actual. Es necesaria una clara atención a la diversidad. Una diversidad bien gestionada en una organización es una ventaja competitiva muy alta. Para realizar adecuadamente esta atención a la diversidad, se han encontrar las fortalezas y las áreas de mejora de cada colaborador y trabajar potenciando las primeras y desarrollando las segundas.
El desarrollo de los colaboradores es una labor social intrínseca a la compañía. La compañía tiene la labor de desarrollar el talento de sus colaboradores y las personas tienen la labor de atender a estas iniciativas de la empresa con una buena actitud de curiosidad y de aprendizaje continuo.
Esta simbiosis desarrollo del talento – aprendizaje dará como resultado a personas más alineadas y más comprometidas con la compañía y más profesionales en su proyección hacia el exterior.
Por todo lo anterior, se convierte en algo imprescindible que las organizaciones miren hacia sus personas y las pongan en el centro de sus estrategias. Porque cuanto más alineadas estén las personas con las políticas y filosofía de la organización, mayor implicación y responsabilidad se conseguirá de ellos.
Como conclusión… existe una co-responsabilidad entre el colaborador y la empresa de desarrollar el potencial de este para que pueda caminar adecuadamente con su organización.